Las imágenes olvidadas de Claude Debussy...
Por qué ese olvido, por qué durante tantos años, Debussy quien era extremadamente acucioso para que su obra fuera publicada e interpretada, mantuvo en secreto estas pequeñas joyas musicales?
Durante mucho tiempo, un juego de copias manuscritas de las piezas estuvieron guardadas en los archivos de la colección del gran pianista francés Alfred Cortot. Gracias a su esmerado cuidado, todavía aparece en la primera imagen el siguiente prefacio de puño y letra de Debussy: Puede que estas “imágenes” sean aceptadas por la señorita Yvonne Lerolle con un poco de la alegría que tengo en dedicárselas.
Si seguimos leyendo los manuscritos, sobre el inicio de la segunda pieza Recuerdo del Louvre (souvenir du Louvre) veremos la reiteración de la ofrenda:.. a la señorita Yvonne Lerolle.
En el intento de maqueta con formato italiano para una posible publicación en 1896 que apareció sin dedicatoria expresa entre los papeles del compositor, en el prefacio dice claramente que “estas imágenes jamás deben ser tocadas en los salones brillantes e iluminados… ellas son conversaciones secretas con uno mismo…”
Antes de seguir preguntándonos por qué Debussy mantuvo esta reserva, y con la esperanza de encontrar allí la respuesta, pasamos a preguntarnos quién era esta señorita Lerolle, dueña según las primeras evidencias de estas imágenes, de estas joyas exquisitas y secretas.
Yvonne y Christine Lerolle pintadas por Renoir
Yvonne Lerolle, nacida en 1877 e hija del famoso pintor simbolista Henry Lerolle fue vista la primera vez por Debussy en la casa de su padre en la primavera del año de 1894, cuando ella contaba sólo 17 años. Ella misma a decir de Debussy era la primavera. Este esplendor y la belleza naciente de la señorita Lerolle fue captada en el cuadro que de ella hiciera (justamente esa primavera) el pintor Maurice Denis y que reproducimos como prefacio de este escrito.
El encuentro de almas entre el compositor (ya de 32 años) y la muchacha duró apenas el transcurso de esa primavera, pero fue lo suficiente profundo y abarcante para mantenerse en el tiempo. La manera en que Debussy -de por si perfeccionista al extremo- describe el talento musical y el sonido en el piano de la señorita Lerolle nos muestra que la consistencia y el cuerpo de esa unión y de ese vínculo tenía algo más que efusión y enamoramiento primaveral. Las consideraciones que Debussy vierte sobre la personalidad y la inteligencia de la muchacha, así como las referencias a las conversaciones sobre el impresionismo, el simbolismo literario y toda la revolución estética en ciernes... pero sobre todo el silencio que mantenían en los jardines atardecidos de la casa del pintor, nos deja constancia de ello.
Extremadamente sensible al Eterno femenino, Debussy quedó para siempre marcado por ese encuentro y contradictoriamente al título póstumo que le impusieron a la piezas, nunca pudo olvidar la imagen de Yvonne… así dos años después en 1896 reitera la ofrenda de estas imágenes en el manuscrito que retuvo por tanto tiempo en reserva el maestro Cortot.
Debussy nunca quiso hacer públicas estas imágenes, así como tampoco el amor sublime que mantuvo hasta su muerte por la mujer y la pianista. Ella por su lado, a pesar de la notoriedad que le hubiera aportado el hecho de tener los manuscritos originales dedicados por el ya famoso compositor, también guardó el secreto y el amor por ella profesado, como la joya más preciada… tal vez y solo compartido con el joven pianista y futuro confidente Alfred Cortot (
El Maestro Alfred Cortot
Edgar Vidaurre
Comentarios
Recibe un saludo,
Gabriela Lovera
Gracias por tu comentario
Por cierto, te agradezco muchísimo el ofrecimiento de publicación en tu editorial. Es muy generoso y me gustaría poder hacerlo.
Quisiera reeditar "Atrabiliario".
¿Cómo me pongo en contacto contigo?
¿Tienes alguna web de tu editorial?
En fin, son muchas cosas a la vez.
Recibe mis saludos,
Gabriela :-)
Sería una gracia y un honor tenerte publicada allí...
nos mantenemos en contacto
Recibe mis saludos,
Gabriela :-)